Llegar a la cima de una montaña cualquiera cuando estás acostumbrado a coronar 'ocho miles' no tiene valor alguno para un alpinista, pero el no iniciado puede recordar durante el resto de su vida lo que supuso llegar a lo más alto del monte más alto de su provincia. El abrazo de los jugadores del Real Madrid tras marcar Higuain el 0-2 en Santander puede parecer a algunos un gesto de euforia exagerado en un grupo donde casi todos los futbolistas tienen en su palmarés hazañas internacionales. Sin embargo, se trata de todo un ejemplo de lo que para ellos supone esta Liga a la que todavía falta poner el cuño pero que ya sienten como suya. Se ha dicho que es el equipo tuerto en el país de los ciegos, el menos malo o el rey de la mediocridad. Quizás por eso, porque nunca se han visto superiores, por lo que la plantilla blanca dará un valor especial a este campeonato.
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