miércoles, 28 de mayo de 2008

A falta de argumentos deportivos, política

A muchos clubes la grandeza no se la dan los títulos. Su complejo de inferioridad es tal que ni siquiera se calma con la consecución del trofeo más prestigioso del Viejo Continente. Andan cabreados en Manchester porque el Real Madrid le está tirando los trastos a su niño bonito, Cristiano Ronaldo. Acabará el portugués o no cabalgando por las bandas de Chamartín, pero el berrinche a los 'red devils' ya no se lo quita nadie. Quizás la historia les recuerde demasiado al robo de la joya de su anterior corona, David Beckham. Calderón está siguiendo los pasos del maestro Florentino en la embaucación de primeras figuras y, de momento, el futbolista lanza miradas y sonrisas coquetonas. No ha salido el portugués a decir rotundamente que desea quedarse todavía por un tiempo bajo el cielo gris inglés, seguramente porque debido a su carácter le atrae demasiado vivir en España y cerca de su novia mallorquina. Por eso Alex Ferguson (el Sir delante que se lo pongan ellos), sacó los pies del tiesto el otro día sacando el nombre de Franco cuando el presidente madridista dijo que la esclavitud está abolida y que el futbolista ha de ser libre a la hora de elegir equipo. Hoy Queiroz, ese hombre que pasó sin pena ni gloria por nuestra Liga cuando tenía en sus manos una de las plantillas más poderosas de la historia, ha insinuado que nuestro país quiere continuar con el dominio que, según algunos como él, nunca ha dejado de ejercer desde el siglo XVI. Se equivoca ese gran segundón que es Carlitos. Las relaciones ibéricas no tienen nada que ver en este asunto, y si hay alguna demostración de poderío por parte de alguien es la que realiza el club en el que todavía siguen queriendo jugar como opción preferencial la mayoría de los niños del mundo. Aunque acaben de ganar la Copa de Europa con el suyo.
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Una estrella en el Annapurna


Dicen los psicólogos, y es algo en lo que hacen hincapie en estos tiempos de pandemia depresiva que vive occidente, que el secreto de la felicidad -o de algo que se le parezca- se encuentra en la persecución continua de objetivos. Nuevos retos y metas que mantengan despiertos nuestros sentidos y activa la secreción de esas hormonas imprescindibles para nuestro bienestar mental. Mientras algunos lo hacen como terapia otros lo llevan grabado a fuego en su ADN. Iñaki Ochoa era un amante de los nuevos retos, la superación constante, la búsqueda del límite humano. Pamplonica de nacimiento, a su pasión de coleccionar subidas a montañas de más de 8.000 metros se unía la de correr cada mes de julio los encierros de San Fermín. Una prueba más de que era un adicto a las emociones fuertes, los riesgos, el ir cada vez más lejos. Hoy es noticia porque, después de 5 días de agonía, se ha dejado la vida en el Annapurna. Él, que nunca había gozado de gran trascendencia mediática y que seguramente habrá tenido que mendigar en busca de patrocinadores que sufragaran el coste de sus aventuras. En otras disciplinas, personajes elevados a la categoría de estrellas bajan los brazos cuando han conseguido un par de títulos internacionales y firmado un contrato millonario mientras aceptan con un gesto de hastío una suculenta oferta por el enésimo anuncio. Ambos son llamados deportistas, pero es una acepción que yo sólo reservaría a gente como el primero. Personas como Iñaki deben ser el verdadero ejemplo para los pequeños, y no tener como único propósito poder echarte a dormir cuando ya te han reproducido informáticamente dentro de un videojuego.
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jueves, 22 de mayo de 2008

Bailar con 'la orejona', cuestión de centímetros

Es la más cruel y la más difícil pero también la que más felicidad da cuando la besas. La orejona es la novia pretendida por cualquier futbolista de club del mundo. Por eso provoca alegrías desmesuradas y desgarros de dolor. Anoche brindó un nuevo y dramático episodio bajo el cielo de Moscú, donde toda la grandeza y miseria del fútbol se concentró en unos minutos: los que dura el lanzamiento de una tanda de penaltis. Es injusto que un campeón contintental se decida así, es verdad, pero la máquina mediática que mueve el fútbol contemporáneo obliga a que salga un campeón el día previsto sin más dilación, repetición ni desempate posible. Fue el Manchester el que abandonó el escenario, por tercera vez en su historia, cogido de la mano de la Copa de Europa; pero perfectamente podría haber sido el Chelsea. Cuando la igualdad es tanta, el trofeo más codiciado del viejo continente no se para a pensar demasiado cuando se trata de pasar un año en las vitrinas. Un par de centímetros le bastan para decidirse por uno y dejar tirado al otro. Fueron los que le faltaron a Terry antes de resbalar y echar fuera el penalti que daba la victoria a los londinenses. Y de los que se benefició Cristiano Ronaldo, que manifestó en sofocón la crisis de ansiedad al pensar que su ridículo lanzamiento, propio de pachanga dominguera con los amigos, echaba por tierra todo su trabajo y el de sus compañeros. A unos metros, el capitán inglés lloraba amargamente su fallo. Cocktail en la hierba de agua dulce y salada, de lluvia y lágrimas. Podría haber sido al revés y sólo habrían cambiado los nombres. Los sentimientos, los mismos. Cuestión de centímetros.
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martes, 20 de mayo de 2008

Una era que duró una década

Festejaba ayer el Real Madrid con jolgorio y satisfacción su última Liga, la 31ª. Pero la estampa contrasta con lo que hace justo hoy 10 años celebraban los blancos: su séptima Copa de Europa. Un título que supuso la redención del club despúes de más de 30 años de amarguras en 'su' competición y el relanzamiento de una entidad que hacía aguas económicamente, pero también la apertura de una nueva era en el fútbol español. Tras la final de Amsterdam vinieron dos más, la de de París y la de Glasgow, precisamente la primera disputada ante un Valencia que se volvería poco después a quedar en el último peldaño, aunque privado del título en los penaltis por el Bayern. Todo esto aderezado con formidables actuaciones como la del Depor ante el Milan, o el último coletazo del Madrid de Del Bosque en Old Trafford con un Ronaldo aún en apogeo. Y, por supuesto, el Barça de Eto'o y Ronaldinho con la segunda 'orejona' de su historia. Por medio, machadas en la UEFA como la del Alavés, o el encumbramiento del Sevilla a los altares continentales. Pero, ¿y ahora qué? Oteando el panorama dentro de nuestras fronteras no sólo llama la atención la ausencia de nuestros equipos sino que, además, se antoja como difícil empresa que lo consigan. Inglaterra ha cogido el testigo de lo que fue España desde el 98 en lo que se refiere a clubes, y parece difícil que lo vaya a ceder próximamente. Mañana, cuando veamos el Manchester-Chelsea, recordaremos lo que fuimos y anhelaremos volver a copar con nuestros equipos las últimas rondas. Ese debe ser el verdadero objetivo de un grande, y no festejar con gran bombo ligas insulsas.
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Saltar del barco después del desastre

El inesperado descenso del Zaragoza se ha cobrado su primera víctima. Voluntaria. Consciente de que su gestión no ha dado los frutos esperados, Miguel Pardeza ha decidido saltar del barco. Es de halagar que haya dado un paso al frente en el reconocimiento de su culpabilidad en el fracaso de un equipo confeccionado esta temporada para entrar en el grupo de los grandes, pero la realidad es bien distinta: es el primero de una más que segura gran lista de desertores que se irán de la entidad maña. El fútbol es así de injusto. Son los jugadores y miembros del cuerpo técnico los responsables directos de que un equipo dé con sus huesos en una categoría inferior, pero despúes es la afición la única que lo sufre. Ellos son lo suficientemente egocentristas, avariciosos y desvergonzados como para irse a otro lado cuando han decepcionado a toda una ciudad. Se debería, por contrato, obligar a quien manda a Segunda a un equipo confeccionado para entrar en Champions permanecer en el mismo hasta recuperar la categoría perdida.
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jueves, 15 de mayo de 2008

RFET: sin límite de carácteres

Tremendo el nuevo capítulo que nos ha brindado la Federación Española de Tenis en esta serie en la que se está convirtiendo la disputa de las semifinales de la Copa Davis. Que todo un presidente del organismo que rige uno de los dos deportes más importantes de este país después del fútbol se dedique a vanagloriarse de sus aptitudes y de amenazar a sus tenistas vía SMS constata una cosa: que por mucha altura que alcancemos internacionalmente en pistas y terrenos de juego nuestros designios están guiados por gente de muy poca clase. Se ve que tanto viaje en primera aburre mucho; tanto como para mandar textos kilométricos en formato de mensaje corto. Espero que tenga una Blackberry porque si no debe tener el dedo pulgar como un pimiento morrón. Claro que, para qué va a ahorrar en carácteres si la factura la paga la RFET.
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martes, 13 de mayo de 2008

Una lista 'del siete'

No es el más rápido ni el más fino, su regate no es espectacular y tampoco destaca por tener un disparo potente. A veces parece que desaparece, otras que se las encuentra y algunas que falla lo imposible. Hace unos meses pagó el pato de la Selección, como si fuera él el culpable de la falta de instinto ganador que llevó a España por enésima vez a caer en octavos de final de una fase final e incluso a complicarse la clasificación para la Eurocopa. Muchos aplaudieron la decisión de Luis, como si por fin alguien se hubiera atrevido a ponerle en su sitio después de años viviendo en la élite futbolística por una mezcla de suerte y casualidad. Pero el 7 no se rindió y demostró, una vez más, por qué es alabado en medio mundo a pesar de que incluso su misma afición a veces lo critique. Ha sido el pilar de un Real Madrid campeón y podría dar mucho a un equipo que -efectos de su ciclotima atávica- se vuelve a ver entre los favoritos. Si es verdad que a una convocatoria tienen que ir aquellos en los que mejor forma están, Aragonés no tiene excusa para incluirlo en la lista del viernes.
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lunes, 12 de mayo de 2008

Presidentes al descubierto

Equipo de fútbol en apuros o con ansias de grandeza permite la entrada en el accionariado de empresario de la construcción con posibles que, a cambio de echar una mano al ayuntamiento para mantener la seña de identidad de la ciudad y arrastrar un gran número de votos por el populismo que genera el deporte, es contraprestado con la concesión de obras públicas, promociones y recalificaciones varias. La fórmula se ha repetido de forma casi matemática en decenas de poblaciones, en algunas de las cuales ha llegado a ser flagrante independientemente de la categoría (ha alcanzado incluso a equipos de Tercera División). Pero se acabó. Ahora vienen vacas flacas y los que con tanta alegría despilfarraban su dinero en beneficio de clubes a los que muchas veces accedían porque pasaban por allí tendrán otras partidas presupuestarias a las que dedicar los activos destinados a los asuntos del balompié (léase también baloncesto, balonmano e incluso voleyball). Ha llegado el momento en el que podremos comprobar qué presidentes ejercen como tales por verdadero amor a sus colores.
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jueves, 8 de mayo de 2008

El estado de ánimo lo es todo

Parece que de tanto pensar en el pasillo el Barça se olvidó del partido . Puede ser. Los azulgrana acudieron a la fiesta del Bernabéu como el chico tonto y feo va al baile para que se rían de él. Cumplió con el código no escrito de homenajear al campeón y después se dejó llevar por el ritmo que quiso marcar el anfitrión. Podrían haber dado un golpe encima de la mesa y demostrar a todo el mundo que todo fue un error, que son equiparables en este momento al Real Madrid, y que fueron sólo un par de deslices los que provocaron la diferencia en la tabla clasificatoria. No lo hicieron, pero no porque no quisieran. La clave está en la mentalidad. El estado de ánimo lo puede todo, en el fútbol y en la vida. Un delantero que lleva semanas sin marcar puede fallar en la misma línea de gol y sin portero, de la misma forma que el remate menos ortodoxo puede acabar en la red cuando uno está en racha. Lo mismo le ocurre a los chicos solteros cuando salen a ligar. Dos piropos o un éxito reciente dan el empuje necesario para acercarte a hablar con la más guapa del bar, aunque vayas con la ropa del trabajo. Alguien con la moral baja puede ir como un pincel pero no atreverse a intercambiar una mirada ni con la más discreta. Ayer, el Barcelona fue el tipo recién abandonado por la novia que sale de fiesta con un amigo. Como era de esperar, fue éste quien acabó durmiendo en compañía.
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miércoles, 7 de mayo de 2008

Los tenistas son de otra pasta


Están hechos de otra pasta. Lo demuestran torneo tras torneo y especialmente en los Grand Slam, donde pueden disputar día sí, día también partidos que superan las 4 horas de duración. Nunca ponen como excusa el cansancio o los problemas musculares para justificar una derrota, y su fortaleza mental para concentrarse y soportar la presión es comparable a la de los grandes genios del ajedrez. Pero nuestros Rafael Nadal, David Ferrer, Carlos Moyà, Tommy Robredo, Nicolas Almagro, Juan Carlos Ferrero, Fernando Verdasco y Feliciano López han dado una muestra más de su grandeza. Negándose a participar en cualquier acto promocional o publicitario organizado por la Federación Española de Tenis demuestran que para ellos ganar está por encima de todo, aunque vaya en detrimento de unos intereses económicos que a la vez repercutirían en sí mismos. Juegan para inscribir su nombre en la leyenda de la Davis, y creen que la mejor forma de lograrlo es batiéndose en una localidad costera para no conceder metros de altura que concedan ventaja a su rival. Se sienten engañados y actúan en consecuencia. Ni soñando podríamos imaginar a los nombres bandera del deporte más seguido en España llevando la contraria a ese organismo regentado por una panda de amigos a los que siguen sin rechistar. Entre deportistas también hay clases y calañas.
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martes, 6 de mayo de 2008

El pasillo es un acto de honor para los dos


El fútbol no sería nada sin sus tradiciones y rituales. Son éstas las que permiten que siga siendo un deporte grande seguido por cientos de millones de personas en todo el mundo. Publicidad, televisión y contratos desorbitados han cegado a muchos jugadores que se han convertido en tales no para disfrutar del placer de serlo y el reconocimiento que lleva unido sino como un modo de lucrarse. Pero son los pequeños detalles los que alimentan el espíritu de los deportistas de verdad y los aficionados. Una copa no es más que un trozo de acero u hojalata, pero un auténtico futbolista no vendería el momento de levantarla ante su público por nada; sentir cómo se te eriza la piel al cantar junto a miles de espectadores el himno de tu equipo antes de que el balón eche a rodar debe de ser una sensación incomparable; y ser rociado con 'champagne' dentro del vestuario nada más haber conseguido un título tiene que ser el baño más dulce de tu vida. Mañana, el Barça hará honor a su historia y grandeza formando pasillo cuando el Real Madrid salte al césped. Quien lo presente como un escarnio público o una vejación para el que lo realiza es que no sabe nada de esto. Él día que enterremos este tipo de homenajes habremos matado el espíritu con el que los ingleses concibieron el 'football'. Seguir leyendo