Con ganas de más

Se trajeron la Eurocopa gracias a la consistencia de un grupo como hacía tiempo que no existía. Tanto en el terreno de juego como fuera de él. Sin fisuras y sin egos altisonantes, forjado desde los juveniles a base de habitaciones con puertas abiertas y timbas a los mandos de la Play Station. Han alcanzado la gloria, pero todavía tienen ganas de más. Y conscientes de que un Mundial se empieza a ganar incluso años antes de que este comienzo, han decidido ponerse manos a la obra. Solventaron el sábado sin problemas el trámite de Tallín, y en lugar de volverse a España para aguardar en territorio conocido la llegada de la cita ante Bélgica, acordaron viajar directamente a Bruselas y permanecer allí concentrados. La idea partió de Iker, el capitán, pero fue secundada por el resto de la plantilla. No me imagino yo a recientes generaciones haciendo sacrificios del género. Al no ser que hubieran estado convenientemente remunerados.