jueves, 2 de abril de 2009
El Madrid de toda la vida
Sus últimos presidentes han ido quemando entrenadores en busca de 'la excelencia', olvidándose de que durante toda su historia ésta ha residido en la casta y capacidad de sufrimiento. Tras un debut liguero lleno de dudas, el Real Madrid demostró ayer que ha recuperado los valores que le han hecho grande: asaltando el infierno de San Petersburgo a base de coraje, pegada y apretar de dientes en los últimos veinte minutos. No tiene la plantilla de fantasistas de la que otros hacen gala, pero sí un espíritu ganador que hace que cada vez la máquina esté más engrasada. No llegó Cristiano Ronaldo y se fue Robinho, pero yo me quedo con el rendimiento de Van der Vaart, la ubicuidad de Pepe, el bisturí de Van Nistelrooy, el desborde de Robben y el apoyo que da Raúl desde el banquillo.
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