lunes, 30 de junio de 2008

Apuesta por la continuidad.... del grupo



Hoy es el primer día de la nueva era de la Selección española. Nuestro fútbol podrá, después de casi medio siglo, mirar a la cara y sin complejos a las que hasta ahora han sido las potencias en este deporte. Pero además, la etapa viene acompañada de un cambio en el banquillo: la salida de Luis por la entrada de Del Bosque. Hace bien Aragonés en no plegarse y salir por la puerta grande, bastante ha aguantado el hombre aunque muchos ahora intenten hacer olvidar las críticas desgañitándose en alabanzas.
Además, no hay duda. Zapatones es el máximo responsable del éxito de este grupo. En gran parte porque ha sido él el que ha apostado por un estilo concreto no sólo en el campo sino también en el vestuario y la concentración. Ahora nos explicamos por qué hace tiempo que prescindió de ciertos jugadores de renombre. No era una cuestión de forma sino de carácter, frescura, saber estar. Me imagino fácilmente a Cesc, Torres, Villa o Casillas compartiendo Mp3, mando de Play Station o timba de cartas junto a Reina, Cazorla, Albiol o De la Red; haciendo chanzas en el hotel; o cantando en el autobús rumbo al vestuario. Algo parecido a lo que viene sucediendo desde hace años en la nacional de baloncesto. Ha sido la apuesta por un nuevo espíritu, y para eso hacía falta desprenderse de figuras como la de Raúl. La decisión provocó polémica (en este mismo blog hay un post defendiendo su convocatoria) pero el Sabio ha vuelto a tener la razón.
Ahora yo me pregunto: ¿Apostará Del Bosque, su sucesor en el banquillo, por dar continuidad al grupo? Esperemos que sí. Los Raúl, Guti, Albelda o Joaquín ya han cumplido su ciclo como internacionales. Y no sólo es que el Mundial de Sudáfrica les quede lejos sino que, además, sus sustitutos han demostrado que son mejores.
Seguir leyendo

viernes, 27 de junio de 2008

Esta final se la merece el abuelo

Generación virtuosa, juego de otro nivel y capacidad competitiva nunca vista. La modernidad ha llegado de una vez por todas al fútbol español: más tarde que a otros deportes, pero ya está aquí. Gente preparada, mentalizada, con mundo y saber estar. Pero nada de esto habría sido posible sin el sabio. Castizo de Hortaleza, incomprendido en tantos sitios por su carácter hispánico a la antigua usanza: como el de la mayoría de nuestros abuelos. Lo dije hace tiempo, mi amigo Markés de la Hierba lo puede corroborar: "Zapatones hará historia". Y no fue hace dos semanas ni tres, sino cuando más arreciaban las críticas tras la eliminación del Mundial o el 'asunto Henry'. Ahora ya estamos ahí, y en gran parte a él. Luis, este tema y tal es lo más grande.
Seguir leyendo

martes, 24 de junio de 2008

¿De amarillo? No es teatro sino una batalla

Los supersticiosos ya se muerden las uñas. Que los jugadores de la Selección vayan a saltar al césped de Viena el próximo jueves vestidos de amarillo no da buenas vibraciones a los celosos de lo esotérico. Y no entiendo por qué. 24 años hemos estado jugando de rojo, blanco o azul y no nos hemos comido una rosca. ¿Por qué tendría que darnos miedo enfrentarnos a Rusia endosando una elástica gualda? A mí me gusta. Da sensación de poderío, de fortaleza. Además, los estudiosos dicen que los colores llamativos llenan más espacio a ojos del contrincante, por eso tradicionalmente han sido de esos tonos las zamarras de muchos grandes porteror. Estamos en esta Eurocopa para romper mitos, y el del amarillo ligado a la mala suerte debe ser otro. Eso es para los toreros y los actores, pero esta semifinal no será una obra de teatro sino una batalla. Y para eso fue elegida la enseña rojigualda por Carlos III (usando los tonos distintivos de la bandera catalano-aragonesa): para que los buques de la Armada fueran más fácil de distinguir en la mar tras el incidente con Inglaterra, que atacó a uno de nuestros navíos confundiéndo los trapos de sus mástiles con los pertenecientes a Francia. Esperemos que este uniforme sea el que coloque a nuestros futbolistas a un paso de la gloria.
Seguir leyendo

lunes, 23 de junio de 2008

¿Y si lo mejor estuviera por llegar?


La exultación fue la misma que si hubiéramos ganado un título. No es de extrañar. Sobrepasar una barrera que duraba 24 años se había convertido en objetivo por sí mismo. Por eso gritamos, saltamos y nos emocionamos. Casi con la misma intensidad que si nada más marcar el último penalti nos estuviera esperando el trofeo en la tribuna del Ernst Happel de Viena. Pero no. Para ello quedan otras citas que, sin embargo, muchos aficionados viviremos de forma más relajada: el jueves será la primera semifinal de la Selección desde que tenemos uso de razón. Un hito en sí mismo. Derrotar a Rusia sería ya algo histórico que podría tener su culmen el domingo ante Alemania (salvo sorpresa mayúscula protagonizada por los turcos). Entonces ya no sería una sino varias generaciones enteras las que presenciarían con sus propios ojos el momento más dulce de la España futbolística.
Seguir leyendo

miércoles, 18 de junio de 2008

Es la hora del psicólogo


Anoche soñé con penaltis fallados, goles encajados en la prórroga y codazos sin sanción. Con dominio del partido pero resultados en contra, jugamos como nunca y perdimos como siempre, con lo bien que empezamos y siempre igual. Me fui a dormir con la sensación de que nuestro papel en la Eurocopa ya se ha acabado porque, como toda mi generación, nunca vi pasar de cuartos a la Selección desde que tengo uso de razón. Y eso que soy algo mayor que la mayoría de los jugadores que nos representan en Austria y Suiza. Italia tiene gran parte de culpa de esa psicósis, por eso prefería a Rumanía. Ellos nunca juegan bien pero siempre ganan. Luís tiene que preparar el partido tácticamente sin olvidar darle gran protagonismo al psicólogo del equipo. Es en confianza y actitud en lo que tiene que avanzar nuestro fútbol para liberarnos de nuestros fantasmas.
Seguir leyendo

martes, 17 de junio de 2008

El 'show' de Mejuto, para toda Europa

Ya no le acompaña en sus andanzas su fiel acólito Rafa, pero su determinación para trascender mediáticamente sigue siendo la misma. Le gusta ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. ¡Cómo iba a desaprovechar él la oportunidad que se le brindaba para ser el foco de atención de toda la Europa futbolística! Su trabajo le ha costado a él, el gran Mejuto, incejable en sus errores y espectáculos dantescos por todos los campos de España. Sus amigos de la Federación, esos que impulsan carreras de árbitros no por el número de equivocaciones sino por a favor de quién son, también pueden estar contentos: todo el mundo ya sabe qué tipo de colegiados campan por una liga que se jacta de ser una de las mejores del mundo. Hoy ha sorprendido a propios y extraños estableciendo un nuevo récord en el que nadie había reparado, pero que seguro que estaba en su lista de posibilidades para ganar notoriedad: expulsar a los dos entrenadores en el Alemania-Austria. La cara de los técnicos es indescriptible al verse camino de los vestuarios (bueno, de la grada) por sólo intercambiar pareceres tras la falta en una de las áreas. No hay problema. La Federación volverá a mover sus hilos en la UEFA para que pueda continuar sus andanzas. Mientras, él seguirá haciendo currículo para, a su retirada, ejercer de comentarista en cualquier medio de comunicación. Ese que, por respeto al deporte que amamos, no debería comprar ningún buen aficionado. De la misma forma que los productos que elijan como imagen a incompetentes que trafican con ilusiones.
Seguir leyendo

lunes, 16 de junio de 2008

No hay gloria sin fortuna

Entiéndase la suerte como la capacidad de sacar provecho de una situación favorable cuando no había en el horizonte viso de cambio alguno. Y no hablo de que te toque la lotería, eso escapa a la lógica, me refiero a la vida mismo. Para ello también hay que estar preparado, muchos la ven pasar por delante de sus narices con el mismo pasmo que observan revolotear una mosca. Hoy España ha dado un paso más en la lucha consigo misma por quitarse de encima el sambenito de equipo vistoso pero poco competitivo. Ha dominado pero perdido el control después mostrándose durante muchos minutos impotente ante un equipo que se ha cerrado atrás y que podría haber dado un susto definitivo de tener a su gigantón todavía en el campo. Pero eso no ha sido impedimento para que aprovechara, cuando ya se hacían cábalas sobre las distintas posibilidades de cara al partido contra Grecia, la ocasión de dar un zarpazo para meterse en cuartos cuando todos creíamos que habría que esperar al último encuentro. Otrás selecciones, las grandes, basan su fortaleza en el don de la oportunidad para asestar el golpe definitivo cuando parecen muertas. No es que la nuestra hoy lo estuviera, pero por primera vez se ha aproximado a ellas. Estará definitivamente al mismo nivel cuando sea una eliminatoria y no firmar un pase de ronda prematuro lo que esté en juego.
Seguir leyendo

viernes, 13 de junio de 2008

'Saber perder', David Trueba

¿Alguien pensó alguna vez que los futboleros no leíamos más que diarios deportivos y sólo por encima? Quien lo aseverare se equivocaba. Algunos lo hacemos, y no siempre para bien. El amor a la literatura combinado con el del balompié motiva que muchas veces te preguntes qué haces compartiendo pasión con cientos de miles de personas que sólo lo usan como excusa para poder sacar pecho en el bar mientras discuten e ingieren tanto alcohol que les impide saber dónde está el balón. Pero la belleza de este deporte y las conexiones que tiene con la vida misma es demasiado fuerte como para cambiar de repente a, pongo por ejemplo, el ajedrez o la esgrima. Leemos, sí, y a veces cosas para nada relacionadas con balones, sudor, césped y gritos. Digo todo esto para inaugurar una sección en la que iré compartiendo con vosotros las lecturas relacionadas con el mundo del deporte que vayan cayendo en mis manos o que lo hayan hecho con anterioridad. Y hoy, entre tanto comentario sobre la Eurocopa, me parece un día idóneo para hacerlo. Porque el verano y sus noches al fresco son un buen momento para desgranar líneas de sus páginas y porque esta mañana mismo he terminado la última de ellas. Y llega aquí por casualidad, porque aunque el título albergue mucho de resultadismo nunca imaginé que tuviera un tan alto componente futbolístico.

Se llama Saber perder, y es la última novela de David Trueba. Un apasionante relato sobre la vida realizado a través de cuatro personajes cuyas existencias se entrelazan, muchas veces sin ni siquiera saberlo. Todo gira alrededor de Sylvia, una adolescente más cerca de la juventud que de la niñez que empieza a adentrarse en el mundo adulto. Su padre, Leandro, ve como el reciente divorcio de Pilar, madre de la chica, hace desmoronarse por completo su ya de por sí triste y complicada situación económica y social hasta el punto de empujarle a asesinar al que fuera su socio y mejor amigo. Lorenzo, el abuelo, es un profesor particular de piano al borde la jubilación que psicomatiza la enfermedad terminal de su mujer cultivando una tardía pasión por la prostitución proyectada en forma de enamoramiento hacia Osembe, una meretriz nigeriana. Y por último, Ariel, una joven promesa del fútbol argentino que llega a la capital de España con el propósito de ser la nueva estrella de su club. Gracias a este personaje descubriremos muchos de los secretos del fútbol, la mezcla de religión y negocio en la que se ha convertido hoy en día –¿acaso hay alguna que ya no lo sea?- , qué se le pasa a un jugador por la cabeza cuando está a ras de césped, en el vestuario, sólo en su lujoso chalet a miles de kilómetros de su país de origen o tomando copas rodeado de gente guapa que en la mayoría de las ocasiones sólo pretende sacar provecho de su amistad.

Un magnífico ejercicio narrativo –fresco, ágil y bien ambientado en la sociedad en la que hoy día vivimos- con el que Trueba disecciona las edades más importantes de la existencia humana. Con él el más fervoroso de los aficionados podrá darse cuenta de que muchos futbolistas son héroes de papel con los mismos miedos, sentimientos esporádicos de soledad y fluctuaciones de ánimo que cualquier chaval a los 20 años. Por muchos ceros que tenga su cuenta bancaria y gente que se le suponga a su lado.
Seguir leyendo

miércoles, 11 de junio de 2008

La competencia está en Suecia

Me caen bien los suecos por varias razones. En primer lugar por el sentimiento de simpatía que con los años han ido despertando en mí los países escandinavos, quizás producto de su capacidad para conservar ciertos valores educacionales y de orden social de los que por aquí andamos tan escasos. Los miro con envidia y creo que no nos vendrían mal copiar algunas de sus políticas para poner sobriedad a nuestra despreocupada existencia, como el que hecha unas gotas de licor en un zumo de frutas demasiado dulce para que gane consistencia. El segundo es puramente estético: los veo altos, rubios y bien dentados, pero sin el aire arrogante que exhiben otros pueblos que comparten sus peculiaridades físicas. La tercera, por qué negarlo, son las suecas. Nunca he conocido a ninguna, pero supongo que pese a mi juventud conservo en herencia el impulso que durante los años 60 y 70 empujó a los machos ibéricos de la época a lanzarse a por ellas en las playas de la Costa Blanca. Tanto es así que guardé de la última Eurocopa, mi primera conectado a Internet, la foto de una aficionada en la grada de no recuerdo qué estadio vestida con los llamativos colores de su país -más propios de una nación cálida que de latitudes cercanas al Polo- y dos corazones dibujados sobre sus límpidas y ligeramente doradas mejillas. Sí conocí a alguno durante el año que estudié en el extranjero, y me apasionó su desbordado interés para conocer todo lo que les rodeaba, fuese del lugar en el que nos encontrábamos o del que procediera cualquiera que estuviera a su lado. Es quizás por eso por lo que me gustan cuando juegan al fútbol. Salvando las distancias con las potencias futbolísticas, ofrece cosas interesantes. Tienen cualidades para el choque físico pero no renuncian al toque y la combinación. Algún hombre tienen para ello, como Svensson, Larsson o Ljunberg, al que la mayoría también envidiamos no sólo por su planta sino por lo que se le intuía debajo de esas prendas de Calvin Klein que anunciaba hace unos años. Pero la verdadera diferencia se encuentra arriba. Se llama Ibrahimovic y, como muchos prejuicios acerca de su país, también engaña. Hijo de yugoslava o croata -o viceversa-, este zíngaro es fruto de las grandes oleadas de inmigración que recibió Suecia tras la II Guerra Mundial -la alta expectativa de vida unida a la baja natalidad no es un problema únicamente español-. Alto y desgarbado, su aspecto no puede estar más lejos de lo que realmente es: un genial driblador que sabe aprovechar su ventaja en el juego aéreo para darse la vuelta y encarar de manera letal. Ante Grecia, insuperable ejemplificación de como la mediocridad a veces también llega a triunfar, ofreció lo mejor de sí. Ya lo ha hecho en varias ocasiones con el Inter, la última bajo la lluvia de la Emilia-Romagna con la que los 'neroazzurri' se jugaban el título y el Parma, el descenso. Puyol y Marchena tendrán mucho más trabajo con él que ante los delanteros rusos. Sin duda, son estos nórdicos vestidos de brasileños los rivales a batir para pasar a cuartos como primeros de grupo.

*La aficionada de la foto no es la mencionada en el texto sino Miss Mundial'06 según los lectores de 'La Gazzetta dello Sport'.
Seguir leyendo

martes, 10 de junio de 2008

Entonces, campeones ya, ¿no?

Es lo que hace al fútbol apasionante, que podemos hablar de lo que creemos que va a pasar hasta que se nos seque la lengua sin acercarnos lo más mínimo a la realidad. Tienen ventaja el docto y el especialista, conocedores del estado de forma o de ánimo, algo que tiene que ver, claro. Pero poco o nada. Que se lo pregunten si no a Italia, vigente campéon del mundo, que ayer habría sido despojado de su título si esto funcionara igual que el boxeo. No es así, y por eso se explica que quien detenta la condición de mejor equipo sobre la faz de la Tierra pierda contra alguien que no pasó de octavos de final. O que en España ya se empiece a pensar 'esta vez sí' por ganar 4-1 a Rusia, olvidándonos de que precisamente en Alemania empezamos arrollando a Ucrania y luego salimos, a las primeras de cambio, por la puerta de atrás. Por eso es fácil que los transalpinos puedan levantarse tras su varapalo y llegar hasta el final: es esa capacidad la que distingue a los verdaderos ganadores. De la misma forma que nuestro castillo de naipes eregido a fuerza de impulsos mediáticos -entonces, campeones ya, ¿no?-, se pueda caer al llegar el cruce de cuartos. Podremos darle todas las vueltas que queramos que no llegaremos a ninguna conclusión acertada. Aunque andaremos más cerca de ella si apostamos por los hombres de Joachim Loew. Creo que fue el gran Helenio quien la acuñó y si no, aprovecho para recordarlo: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania". Terminada la primera jornada, parece que volverá a tener razón.
Seguir leyendo

lunes, 9 de junio de 2008

Ciclotimia pendiente de un balón

Preparados, listos, ya. Ha sido un mes, desde el final de la Liga, lo que ha durado la espera. Noticias de paja, portadas etéreas y titulares de fábula para disfrazar de información la ausencia de la misma durante la espera del debut de la Selección. Elucubraciones, cábalas y silogismos para argumentar que podemos, teorías cogidas con alfileres, sueños alimentados por la inversión de los patrocinadores y las ansias de audiencia de las televisiones. Se acabó la espera. Ha llegado el momento de que el balón empiece a rodar y, con él, la ciclotimia característica del aficionado español del que sin esfuerzo alguno se contagia el jugador. Si sale cara todo serán elogios, mensajes de euforia y botellas de cava abiertas cinco partidos antes del momento oportuno. Siendo cruz, las dudas, los lamentos, los consejos y reproches. Ni siquiera el empate supondrá la meridianidad aconsejada, siempre habrá algo en lo que se podría mejorar. Bienvenidos, un año más (toca cada dos), a las subidas y bajadas colectivas del ánimo español.
Seguir leyendo

miércoles, 4 de junio de 2008

Expulsión del Oporto: pagan los aficionados

Esta vez le ha tocado al Oporto. Al igual que sucediera con el Olimpique de Marsella corrupto, la tramposa Juventus o la totalidad de los equipos ingleses tras la tragedia de Heysel , la UEFA vuelve a impedir que uno de sus clubes participe en competiciones continentales. Es el castigo a dos intentos de soborno para verse favorecido. Bien. Que se persiga la adulteración de los campeonatos y las prácticas ilícitas es lo mínimo que se le puede pedir a una federación, pero nos encontramos con el problema de siempre: serán los aficionados portugueses los que se queden sin ver a su equipo en la Champions League. Ellos, que no tienen más culpa que encontrar aliciente en apoyar a su equipo y soñar que llegue a lo más alto. ¿No sería mejor establecer un buen sistema de depuración de responsabilidades para que los culpables paguen su fechoría? Por ejemplo, acordar con la justicia que sean suspendidos de las actividades empresariales que, como buenos directivos, habrán incrementando gracias a su vinculación al mundo del fútbol. Así pondríamos a salvo a hinchadas que ni pinchan ni cortan en las decisiones.
Seguir leyendo