Ya no le acompaña en sus andanzas su fiel acólito Rafa, pero su determinación para trascender mediáticamente sigue siendo la misma. Le gusta ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. ¡Cómo iba a desaprovechar él la oportunidad que se le brindaba para ser el foco de atención de toda la Europa futbolística! Su trabajo le ha costado a él, el gran Mejuto, incejable en sus errores y espectáculos dantescos por todos los campos de España. Sus amigos de la Federación, esos que impulsan carreras de árbitros no por el número de equivocaciones sino por a favor de quién son, también pueden estar contentos: todo el mundo ya sabe qué tipo de colegiados campan por una liga que se jacta de ser una de las mejores del mundo. Hoy ha sorprendido a propios y extraños estableciendo un nuevo récord en el que nadie había reparado, pero que seguro que estaba en su lista de posibilidades para ganar notoriedad: expulsar a los dos entrenadores en el Alemania-Austria. La cara de los técnicos es indescriptible al verse camino de los vestuarios (bueno, de la grada) por sólo intercambiar pareceres tras la falta en una de las áreas. No hay problema. La Federación volverá a mover sus hilos en la UEFA para que pueda continuar sus andanzas. Mientras, él seguirá haciendo currículo para, a su retirada, ejercer de comentarista en cualquier medio de comunicación. Ese que, por respeto al deporte que amamos, no debería comprar ningún buen aficionado. De la misma forma que los productos que elijan como imagen a incompetentes que trafican con ilusiones.
martes, 17 de junio de 2008
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